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El sistema nervoso autónomo y el canto

  • mguadalupepimentel
  • 27 abr 2023
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 5 ago 2023

Sabemos que cantar significa abrir la garganta e incluso más de lo habitual. Es BIOLOGICAMENTE imposible que la garganta de una persona se abra si no se siente segura. No podemos elegirlo, es un programa neurológico de nuestro cuerpo desarrollado a lo largo de millones de años de evolución que nos ha permitido adaptarnos y sobrevivir.





¿Y cuál es este programa y cómo funciona?

Se llama sistema nervioso autónomo y según la teoría polivagal de Stephen Porges tiene tres ramas, por un lado la rama del sistema simpático que nos activa para el movimiento, hace bombear más velozmente nuestro corazón y acelera nuestra respiración para que más sangre circule por nuestro cuerpo y así poder movernos. Y las ramas del sistema nervioso parasimpático, una ventral que nos permite sentir seguridad, tranquilidad, curiosidad, ser creativos/as, gozar de salud y de conexión social con otras personas sin sentir amenaza, así como razonar y estar DISPONIBLES para nuevas sensaciones y APRENDIZAJES, entre otras cosas. Es un estado de alerta relajado, con muchas posibilidades en el sistema. Y la rama parasimpática dorsal, la que nos concede la posibilidad de inmovilizarnos, de estar en quietud, y para ello nuestro corazón late lentamente y nuestra respiración es muy pequeña porque ya no necesitamos de todo ello para movernos, este sistema permite la digestión concentrando la energía en las vísceras debajo del diafragma.

Estas distintas ramas nos ayudan a regularnos durante todo el día para realizar diversas actividades. Dos ramas pueden trabajar en conjunto para mover nuestro cuerpo en una situación de seguridad, como jugar, hacer deporte, cantar, participar de competiciones, trabajar; o también para darnos quietud y calma al mismo tiempo, como dormir, amamantar, abrazar y ser abrazados, meditar. También son las que toman decisiones automáticamente en situaciones de peligro o estrés. Si gozamos de un sistema saludable, la primera rama que se activa para resolver un conflicto es la rama parasimpática ventral, es decir conectar con otra persona, pedir ayuda o sentirse acompañada/o ante la dificultad. Si fue posible y suficiente para defendernos o encontrar seguridad, volvemos a un estado de mayor calma. En vez, si esto no es posible, el sistema simpático se activa, desconectando automáticamente la rama anterior, preparando al cuerpo para la lucha o la huida. Predomina la actividad de las extremidades, los brazos y las piernas, y de la mandíbula. Y si nada de esto es posible o resulta, se activa la rama parasimpática dorsal para inmovilizarnos y darnos nuestra última posibilidad para salvarnos, o en el peor de los casos, nos evita de sentir dolor liberando endorfinas. Esta rama desconecta las dos anteriores.

¿Y cómo se relaciona con nuestra voz?

La rama parasimpática ventral, la que nos concede seguridad y conexión social, es quien también se encarga de inervar los músculos de la faringe y de la laringe. Es decir que solo cuando esta rama está activa, o dicho de otro modo solo cuando sentimos seguridad, nuestra voz tiene la posibilidad de ser eficiente, comunicativa en función del arte, flexible, saludable y desarrollarse hacia el máximo potencial. Esta rama no sólo está relacionada con la voz, también con los músculos de la cara, el corazón, los pulmones, la mirada y la audición. Por ello cantar puede ser tan beneficioso para la salud y permitir la regulación del estrés hacia un estado de calma. En palabras de Stephen Porges "tenemos un corazón en nuestra cara y lo entonamos con nuestra voz".

También puede suceder que al estar nerviosos/as esta rama pierda tono, y la voz y la respiración reaccionan involuntariamente. La voz puede perder potencia hasta sonar cada vez menos, o puede alzarse hasta gritar, o incluso quedarse sin sonar, sin palabras. Ninguna de estas tres reacciones es favorable para el canto, aunque en ese caso el canto ya no sería una prioridad en nuestro sistema. Pero a veces, los/las artistas de la voz padecen nervios y con ello sus voces pierden calidad ya que el sistema se activa más hacia la defensa del peligro que hacia la comunicación artística y la conexión social. Por esta razón, es importante reconocer tempranamente las señales del cuerpo y a la vez tener herramientas para regular el sistema nervioso autónomo.


Para aprender a cantar es indispensable brindar un espacio donde el/la cantante pueda sentirse SEGURO/A para abrir su garganta, para reconocer y explorar sensaciones nuevas en su cuerpo y en su voz, para inspirar profundamente, para aprender de modo duradero, profundo y placentero.


¿Y qué puede hacer el docente para ofrecer un ambiente seguro en la clase de canto?

Entre otras cosas:

  • Estar libre de prejuicios hacia la voz del cantante y también hacia su propia voz;

  • Aceptar que cada persona tiene sus tiempos de aprendizaje y que el/la cantante no hace cosas equivocadas sino que hace lo que conoce y lo que tiene que ver con sus hábitos y su historia, es nuestra tarea como docente darle la posibilidad de experimentar una organización nueva y aceptar que tiene siempre el derecho a elegir y que sus elecciones pueden ser diversas a las nuestras como maestro/a;

  • Sentir curiosidad sobre cada cantante y su proceso, todos/as somos distintos/as y cada estudiante es una oportunidad para aprender como docente;

  • Conectar con el/la cantante, con sus necesidades y objetivos;

  • Conocer las leyes y jerarquías del cuerpo, la voz y el aprendizaje para evitar pedirle al/a la cantante cosas que aún no son posibles por razones anatómicas, fisiológicas, neurológicas o emocionales, previniendo frustración, impotencia y confusión;

  • Ofrecer un espacio agradable, cuidado y seguro;

  • Respetar que el/la cantante tiene derecho a su propio espacio físico y cuidar de no invadir ni su espacio ni su cuerpo;

  • Estar en un estado de calma para contener y guiar los desafíos del desarrollo vocal.

 
 
 

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